La publirelacionista.

No es posible que algunos funcionarios municipales de Ciudad Madero insulten la inteligencia de la población, que con ínfulas de poder sobrado quieran gritar e incluso humillar a quienes lo perdieron todo.

Tal es el caso de una flamante funcionaria pública municipal de la actual administración panista, quien sin medir los riesgos en que ponía incluso al alcalde Andrés Zorrilla Moreno generó un severo conflicto en la colonia Hipódromo.

Todo ocurrió la noche del domingo cuando el presidente municipal acudía a la zona afectada por el incendio para valorar los daños generados por este incidente de proporciones mayúsculas.

Él reviso y vio hasta donde podía el municipio colaborar con quienes lo habían perdido todo, basándose en un reducido presupuesto y en facultades jurídicas por demás acotadas.

Pues resulta que ahí mismo y ante el propio Zorrilla la directora de “relaciones públicas” identificada como Marcela Padilla de Elizondo se le hizo fácil gritonear y culpar a los mismos vecinos afectados de la tragedia por no haber denunciado la acumulación de combustible.

Sin la más mínima sensibilidad enfrentó a los colonos y les dijo -gritando- “apoco no se dieron cuenta, ustedes son también culpables de esto y ahora no vengan a exigir que arreglemos todo”.

La situación generó la molestia generalizada de quienes respondieron con el coraje reprendiendo a gritos al propio alcalde a quien le exigieron respuestas y sanciones a quienes permitieron la operación de esta bodega – taller en esta zona.

Todo se salió de control, hubo jaloneos e incluso los escoltas intervinieron para proteger al munícipe quien supo mediar la situación y salir airoso de este conflicto generado por la inexperiencia y la soberbia de algunos funcionarios.

Padilla, quien se supone debe generar una buena relación de la primera autoridad, perdió los estribos e hizo gala de su falta de conocimiento político, creyendo ser la dueña de la verdad absoluta.

La panista es solo conocida por haber sido suplente de la pasada diputada federal, Marcelina Orta Coronado, así como por ser esposa del asesor Adalberto Elizondo, quién es ampliamente conocido y respetado en el municipio.

Cabría que el alcalde pusiera orden en su gente y que se conduzcan en base al respeto de la ciudadanía, que no quieran sobrepasar el límite entre una autoridad responsable y una que viene a imponer ideologías a gritos.

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