La absurda negativa a la revisión de mochilas.

En mis tiempos, que cabe mencionar no hace mucho, no era necesario que los padres de familia intervinieran en las medidas disciplinarias que los profesores estimaban conveniente aplicar para las labores lectiva.

NO había necesidad de evocar derechos humanos, sociedad de padres de familia o hacer todo un protocolo para resolver los riesgos o inconvenientes, de mutuo propio con un gisazo, un reglazo o vaciando por completo la mochila lo solucionaban.

Ellos, mis maestros, tenían total autoridad sobre mi en la escuela y eso abarcaba mi mochila o pertenencias, sabiéndose respaldados por mis padres que jamás ponían en entredicho la autoridad del mentor.

Ahora resulta que los maestros están atados de manos, no pueden hacer mucho menos decidir medidas que garanticen, no sólo la seguridad del educando, sino del maestro y toda la comunidad escolar.

Como es posible que para revisar la mochila de dos que tres mochilas revendes los profesores tengan que llamar casi a un cónclave cuando ellos -o por lo menos en mis tiempos- eran la verdadera autoridad cuyas desiciones y medidas eran inapelables.

Lo anterior lo digo en referencia al operativo “Mochila segura” que puso en marcha el Ayuntamiento de Ciudad Madero motivados por el lamentable acontecimiento suscitado en 18 de enero que Federico, un estudiante de secundaria en Monterrey, primero obtuvo un arma al parecer de su casa, segundo introdujo la pistola en su mochila a la escuela y tercero con sangre día abrió fuego contra la profesora y sus compañeros.

Pese a esa condición hay reticencia para que las autoridades educativas hagan las revisiones de útiles lo que resulta verdaderamente inconcebible fuera de toda lógica de un padre que debiera de estar más interesado por la seguridad en la escuela de su hijo que por banalidades como los ridiculos argumentos de invadir la privacidad de los jóvenes.

¿A que le tienen miedo?, ¿desconfían de sus hijos?, ¿por qué no los revisas ustedes en su casa?, ¿a caso temen enfrentar la realidad? O simplemente quieren hacer como que no pasa nada.

Uno de los aspectos que surgió con este hecho de Monterrey fue el de la llamada “Legión Holk” que simpatizantes de esta agrupación, relacionada con el hecho de Monterrey, salieron a la luz en esta zona sur de Tamaulipas profiriendo amenazas contra diversos planteles.

Incluso en la secundaria número 2 de Ciudad Madero se detectaron por lo menos una veintena de jovencitos ligados con esta agrupación lo que encendió los focos rojos de autoridades educativas para aplicar la operación “Mochila Segura”.

Si bien es cierto revisar los útiles no soluciona de raíz el problema si podría prevenir un hecho como el del Colegio Americano; aunado a ello tendría que aplicarse acciones psicológicas mediante la que se detecten síntomas de alerta.

El problema no es de los maestros mucho menos de las escuelas, este se genera, alimenta y estalla a consecuencia de la desatención en casa; entonces los padres lejos de ser un obstáculo para remediarlo, debieran convertirse en aliados de los que tratan de formar y educar lo que ellos no hicieron en casa.

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