Los besucones.

No centraré esta columna en criticar la acción del beso entre el director de tránsito con licencia Honorato Palma y su subdirector administrativo Hugo Martínez Aguilar que cimbró las redes sociales durante la semana pasada.

De plano se nota que esa acción fue una broma entre ambos, de esas jugadas pesadas ya movidos por la ingesta de alcohol, la confianza y la falta de prudencia.

Si bien es cierto no es una falta ir a convivir con amigos, bailar, cantar y beber lo que si es cierto es que ambos cometieron una gran imprudencia que les ha costado en apariencia el puesto.

En lo que si nos centraremos es en la falta de compromiso con quien los consideró en su equipo de trabajo para servirle a Ciudad Madero y nos referimos al alcalde José Andrés Zorrilla Moreno.

Simplemente ambos mandos de esta corporación actuaron de una manera irresponsable al incurrir en estos excesos y más aún de permitir que estas llegaran a redes sociales.

De Hugo no sorprende casi nada ya que recientemente estuvo inmiscuido en un choque, con varias personas lesionadas, que él generó por conducir bajo los efectos del alcohol.

Es conocido su gusto de beber hasta perderse, de una vez consumida la primera copa no poder parar hasta que termina cometiendo una imprudencia o besando al patrón.

Pero de quien si sorprende es de Honorato, ya que es elemento de la Secretaría de Marina en activo y que fue asignado para la encomienda de dirigir tránsito, ya que siempre se condujo con mucha rectitud.

Se le vio dirigirse de manera parcial y medida, pero de pronto fue trending topic, y no precisamente por una acción encaminada en la Vialidad o en la seguridad, sino por una gran imprudencia.

El alcalde maderenses actuó de inmediato y les pidió se retiraran del puesto, con una licencia de su cargo pero pareciera que nadie le ha dicho a Zorrilla Moreno que ambos siguen haciendo de las suyas en la corporación.

Honorato y Hugo siguen acudiendo a tránsitos dando órdenes como jefes, es que están usurpando funciones o simplemente le jugaron el dedo en la boca a la ciudadanía aparentando una baja.

El alcalde debe ser contundente con las medidas que toma y no simplemente jugar con las apariencias; que se les sancione con severidad y no por besucones sino por defraudar su confianza.

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