Socavones, hundimientos, aguas negras y un sistema de tuberías demasiado viejo es parte de los problemas que enfrenta la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) a quien el año que comienza le será insuficiente para cubrir todos los requerimientos.
Y más aún si se toma en cuenta la falta de eficacia o de capacidad por parte del gerente Adolfo Cabal Ruiz quien de manera reiterada no asegura que no tiene la varita mágica para resolver la situación que le aqueja a la zona conurbada, pero debería de decir eso o sentir un poco de culpa al recibir el jugoso cheque cada quincena.
El problema que le narramos en esta aportación no es novedad absolutamente para nadie ya que lo podemos constatar al ir circulando por calles de la región y de frente encontrase con un agujero, una obra inconclusa o con el terror de ser tragado por la tierra.
Ya son varias las malas experiencias, principalmente en el municipio maderense, donde la ciudad se encuentra convertida en un gran queso gruyere sin que se vean indicios de una solución por lo menos a mediano plazo por parte del organismo regulador del agua.
Uno de los principales problemas es lo viejo, acabado y sin mantenimiento que han permanecido por años las tuberías del agua potable y de drenaje, las cuales registran constantes rupturas subterráneas las cuales terminan por deslavar el subsuelo y posteriormente erosionar hasta generar enormes cavidades que terminan por vencer el asfalto.
Eso ha pasado en diversas calles con grandes hundimientos como en la avenida Jalisco donde un coche cayó con todo y ocupantes; en la calle 10 donde la tierra se tragó una revolvedora; o el más reciente en la calle Niños Héroes de la Lázaro Cárdenas donde se vino abajo un camión comparador de basura.
Las fugas de aguas negras en calles y banquetas son también una constante y el problema no radica en que solamente ensucian y conviertan irrespirable el sitio donde se encuentran sino que estas llegan a canales a cielo abierto y desde ahí a lagunas y el río Pánuco, convirtiendo este afluente en un gran receptáculo de contaminantes.
Pero pareciera que a Cabal poco le interesa esa situación, su falta de sensibilidad social, de conocimiento técnico y de interés por arreglar estos problemas lo convierten en uno de los peores gerentes que ha tenido la Comapa en las últimas décadas y lo peor es que no hace nada por remediarlo.
En tanto el 2018 pinta muy complejo para la Comapa dado que por la falta de presupuesto y la poca pericia para aplicar lo existente el dinero se fuga en salarios de altos funcionarios y las reparaciones de lo verdaderamente importante sigue sin ser atendido.