Uno de los mayores proyectos del DIF Madero es la puesta en marcha y ampliación de la llamada playa incluyente en Miramar, pero al parecer es un proyecto que no termina de cuajar ante los esfuerzos separados de municipio y estado.
Esta idea comenzó a aplicarse desde la pasada administración con la intención de dar a las personas con discapacidad, ya sea por enfermedad, secuelas de accidentes o tercera edad, la posibilidad de disfrutar de la costa maderense con los implementes necesarios.
Karen Patricia Romero de Menindez, hija del actual diputado Esdras Romero Vega y entonces presidenta del DIF Madero, fue quien dio los primeros pasos comprando costosísimos aparatos especiales como muletas, sillas de ruedas y andadores especiales para ser usados dentro del mar.
En el actual gobierno, con Angélica de la Garza de Zorrilla al frente del DIF Madero, se impulsó y mejoró la idea gestionando incluso el acceso para personas con discapacidad desde la zona del bulevar Costero hasta la orilla del Golfo de México.
El caso es que los aparatos están subutilizados y la gran parte del año permanecen sin uso, amontonados en una bodega a la que nadie le presta la menor atención y solo cuando es cercanía de Semana Santa comienzan a enarbolar la bandera de la inclusión en un afán al que poco interés imprimen.
Lejos de ser este un proyecto de temporada alta en el que se busque dar un relumbrón o presumir a los paseantes debería ser adoptado como una forma de inclusión local, donde los maderenses, tampiqueños y altamirenses puedan hacer uso durante todo el día y no solo se tengan que amontonar en Semana Santa para que les presten un andado.
Cada uno de estos aparatos son verdaderamente caros por lo que es un crimen que la mayor parte del año permanezcan en desuso, oxidándose producto de la elevada salinidad de la zona de costa.
Playa incluyente fue recientemente presentada a empresarios maderenses, quienes le dieron el visto bueno y se comprometieron a respaldar, pero mientras se note un letargo en la parte administrativa poco es lo que se puede hacer desde el bloque privado.
De igual modo la inclusión de las personas con capacidades diferentes es un rubro que debe ser atendido ante la intención del ayuntamiento de Ciudad Madero de incluir este destino de sol y playa, el más importante de Tamaulipas, dentro de la certificación europea Blue Flag o bandera azul, que posiciona a las costas de descanso dentro de un mayor nivel de atención a sus visitantes.
Pero de nada sirven las declaraciones al aire, las ruedas de prensa sin sentido o las menciones en medios de comunicación si no se ve en la orilla de playa Miramar al personal del DIF Madero atendiendo a las personas con discapacidad con el uso de aparatos especiales y dándole la posibilidad de regresar a sentir las las del mar.