Lejos, muy lejos, quedaron aquellos tiempos en que las campañas eran momentos de abundantes dispendios y raudales de dinero entre quienes contendían a un puesto de elección popular.
Ahora a los candidatos no les alcanza ni para pagar a los acarreados la torta y el jugo Colorín clásicos en los tiempos de la pujanza priísta; muy apenas pueden conseguirles los camiones para el acarreo.
Tal es el caso de los flamantes candidatos de Morena, entre la que se encuentran la desconocida Bertha Elena Sánchez, que dicen es la abanderada para la diputación por el Distrito XX, pero qué ni en su calle la conocen.
Además de ser abucheada en el encuentro con la militancia el pasado sábado con la presencia de la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, los acarreados se le fueron dejando el evento prácticamente vacío.
La dirigente nacional del partido de Andrés Manuel López Obrador se le hacían los ojos de plato al ver la Unidad Deportiva de Ciudad Madero, considerado bastión morenista en Tamaulipas, prácticamente quedaba vacío.
Y como no? si a Doña Bertha se le hizo fácil citar a la gente dos horas antes y ni agua invitarles, pensando que estaban ahí para verla por bonita o por las grandes propuestas que trae bajo el brazo -tono irónico-.
Situación similar la que vivió el diputado federal, Erasmo González Robledo, a quien una turba de vándalos buscaban afanosamente al parecer con la intención de cobrarle algo que se comprometió y no cumplió.
El caso que ni por estar en el partido en el poder a los morenistas les alcanza para hacer un evento político medianamente decente, donde sin duda lo que más destacó fue la ausencia de Adrian Oseguera Kernion quien se reunió a solas con la Yeidckol, eso si en un restaurante muy caro.
Es cierto que la marca de Morena tiene buena aceptación -por el momento- pero de nada le sirvieran las siglas del peje si no apoyan a su militancia y si tienen candidatos tan desconocido cómo sus propuestas a escasos días de la elección.