En lo que va del último cuarto de siglo, la Jaiba Brava del Tampico-Madero lleva consigo duros momentos de contrastes donde el común denominador es el fracaso por regresar a la Primera División, con un sin fin de directivos que llegaron y se fueron, todos sin conseguir el tan esperado regreso.
Y es que no se olvida aquel lejano 1994 donde con el esfuerzo de Antonio Peláez Pier dio frutos para que la escuadra celeste regresará al máximo circuito, 25 años después y al navegar entre dos divisiones, pasó por las manos de 12 propietarios. durante este tiempo, sus únicos logros fueron en categorías inferiores, al obtener dos títulos de Liga y un ascenso.
Luego que Pozo Pier se llevara aquella escuadra a la ciudad de Querétaro, lugar donde perdió la categoría, otro inversionista local, Javier Díaz Covarrubias, emprendió la aventura de regresar al conjunto porteño al máximo circuito de nuestro fútbol en 1995 desde la Primera A, Más tarde, cedió la estafeta (hasta 1998) a la familia Abed, originaria de Puebla y propietarios de los Hoteles Aristos.
Para la segunda parte de 1999, Iván Hernández Zúñiga pone en marcha el proyecto llamado “Águilas de Tamaulipas”. Un año más tarde consigue el tan esperado campeonato de la Segunda División y dentro de esta euforia, decide cambiar el mote a Jaiba Brava. Antes del verano del 2001, superaba todos los expectativas para ascender a la entonces Primera A.
Su sueño perduró solamente 6 meses; apoyados por otro grupo de personas con buena afluencia económica , ex jugadores de amplio recorrido en la primera división como Héctor Miguel Zelada, Demetrio Madero y Alejandro “el Gallo” García, tomaron las riendas de la escuadra que se quedó cerca de la final de la temporada 2002. Los conflictos con la Sección Uno del Sindicato Petrolero, rentero del Estadio Tamaulipas, causaron la migración de la franquicia, esta vez a Irapuato.
Una nueva ilusión llego en el 2005 esta vez a cargo de Emilio Pozo Pier. Los Jaibos llegaron de nueva cuenta a Primera A aunque plagados altibajos, pues la falta de protagonismo en la cancha con dicha directiva, como la que encabezaría de manera provisional Alfonso Iglesias y posteriormente José Fernández.
A principios del año 2008 Miguel Ángel Martínez, empresario destacado en el sector inmobiliario, logra la adquisición que no sólo incluyó volver a una Liguilla, también la idea de construir un nuevo estadio. Sin embargo, por no cumplir el cuaderno de cargos ante la Federación Mexicana, la escuadra quedo fuera de la campaña 2009.
Para el 2010, ahora en la Segunda División, Grupo Pachuca se interesa en la plaza, manda a sus mejores jugadores, entre ellos un talentoso medio campista un tal Héctor Herrera (hoy jugador del Atlético de Madrid). Pierden la final frente al equipo de Celaya, pero por falta de pagos de la directiva que encabezaba el altamirense Lázaro Gallegos, dan por concluida este prometedor proyecto.
Ahora toco el turno a Javier San Román quien revivió la pasión al ponerla en el escaparate nacional por los llenos en el Tamaulipas, la cual se quedó muy cerca de un ascenso en el 2016, a pesar de campeonar en dicho año.
En la vísperas de los juegos contra Potros UAEM, el representante de grupo “Tecamachalco” realiza un acuerdo con Grupo Orlegi y sus presidente Alejandro Irarragorri, una sociedad que le permite acceder al Ascenso MX. La última referencia que todos conocemos es la desaparición de la liga hace una semanas.
Así la historia reciente del Tampico Madero, donde los principales afectados son los aficionados, quienes han soportado todas y cada una de estas decepciones.