Uno de los símbolos más importantes de la modernización de un país es el mejoramiento de sus vías de comunicación.
En este sentido, el puente Tampico, un coloso de concreto que muestra de la capacidad y el nivel de la ingeniería en México, es un ejemplo de la preocupación por modernizar y tornar eficientes las formas de traslado entre dos estados de la república: Tamaulipas y Veracruz, que se unen en las costas del Golfo de México a través de los municipios de Tampico —Tamaulipas— y Pueblo Viejo —Veracruz—.
¿Cómo puede cruzar un automóvil el río Pánuco? Hace muchos años, para cruzar un río se utilizaban pangas —especie de balsas en las que se transportaban vehículos y ganado—, las cuales eran muy lentas e inseguras.
Posteriormente se ocuparon los “chalanes” —un tipo de transbordador—, que trasladaban vehículos sobre la corriente del Pánuco pero resultaban insuficientes para cubrir la demanda de transporte, lo que redundaba en que tomara mucho tiempo cruzar el río.
Ante la necesidad de contar con una forma más eficaz para pasar de un lado a otro del río, surgió la idea de construir un puente que uniera los estados de Veracruz y Tamaulipas sobre el Pánuco.
Para la construcción del puente se aprobó un presupuesto inicial de novecientos mil millones de pesos, tras lo cual se necesitaba definir el proyecto a seguir para la realización de la ambiciosa obra.
Después de elaborar más de mil planos, finalmente se eligió la propuesta diseñada por Modesto Armijo —un gran puente de concreto—, pero pasaron varios años antes de comenzar la construcción.
La obra se inició en diciembre de 1979, durante el sexenio de José López Portillo, siendo gobernador de Tamaulipas Enrique Cárdenas González y Rafael Hernández Ochoa de Veracruz.
El sitio elegido para la construcción se escogió por encontrarse cerca de Tampico y Ciudad Madero, del lado tamaulipeco, y del tramo carretero Tampico – Tuxpan del lado veracruzano, lugares ambos de fácil acceso.
El puente fue construido por el grupo ICA, e intervinieron aproximadamente 800 trabajadores en tres turnos. La longitud total del puente es de 1,543 metros y se encuentra a una altura de 55 metros sobre el nivel del río Pánuco.
La principal característica del puente Tampico es que se trata de un puente atirantado, uno de los más grandes del mundo, que cuenta con dos mástiles axiales de los cuales parten los veintidos tirantes que sostienen la obra.
Para construir sobre el agua se utilizaron grúas de barcos y plumas; asimismo, tuvieron que hacerse estudios del suelo para saber a qué profundidad irían los cimientos de los pilares que se encuentran en el río, cuyo correcto montaje involucraba una mayor dificultad que la relacionada con los construidos en tierra.
De igual forma, para los pilares que se encuentran sobre el río se ocupó cimentación profunda con cilindros de cemento y varillas, que aumentan de acuerdo con la profundidad de las aguas.
Para los pilares 13 y 15 —correspondientes al claro del puente— se utilizaron cajones de concreto a 65 y 30 metros de profundidad, con lo que el claro pudo alcanzar los 360 metros para permitir el paso de embarcaciones de gran tamaño.
El pilar más difícil de construir fue el número 13 —que sostiene el mástil y los tirantes del lado tamaulipeco—, el más grande de toda la obra con un cajón oval de doce metros en su eje mayor y ocho en el eje menor; tiene un grueso de pared de 50 centímetros, elaborada con cemento envarillado.
El puente Tampico es una de las obras de concreto más impresionantes construidas en México: cuenta con un ancho de calzada de 18.10 metros y un ancho total de 22 metros; tiene un peralte de 3 metros de concreto presforzado en una longitud de 1,249.50 metros y de 293.50 metros de acero sueco ortotrópico —resistente a cambios bruscos de temperatura—; alcanza una altura de 124 metros en su punto más alto y se sostiene gracias a dos mástiles axiales desde donde parten los veintidós tirantes que lo sostienen.
En total posee veintiún pilares, de los que trece se hallan en Tamaulipas y ocho en Veracruz.
La calzada se divide en cuatro carriles y cuenta además con un camellón y dos pasos peatonales, desde los cuales es posible admirar el Pánuco al igual que Ciudad Madero y Tampico.
La construcción del puente Tampico duró casi diez años, durante los cuales hubo que sortear algunos problemas, tales como la colocación de los cimientos en el río; no obstante, aun cuando esto estaba ya resuelto y el terreno preparado en el fondo del Pánuco, las obras tuvieron que suspenderse en 1982 por falta de fondos, ya que una obra de tal magnitud exigía una cantidad de dinero mayor a la aprobada en el presupuesto inicial, a lo que se unía la crisis económica que vivía el país.
Al reanudarse los trabajos —después de 1984—, el terreno había regresado a su estado original, lo que influyó en la labor para colocar los pilares 11 a 17; además, se tuvo que revisar la parte ya construida, a fin de comprobar que se encontrara en buenas condiciones para continuar con la edificación del colosal puente.
Finalmente, el puente Tampico fue inaugurado el 17 de octubre de 1988 por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado; el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal; el gobernador de Veracruz, Fernando Gutiérrez Barrios; el secretario de Marina, Miguel Ángel Gómez Ortega y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Daniel Díaz Díaz.
El costo total de la construcción del puente fue de ciento cuarenta mil millones de pesos, pero significó el inicio de una nueva era para las vías de transporte en México y una mejora para el comercio, sobre todo por encontrarse cerca de la costa y del puerto de Altamira, notable por el volumen de importaciones y exportaciones que maneja.
Un peso estimado de 95,307 toneladas; 36,859.4 metros cúbicos de concreto; 7,973 toneladas de varilla: todo esto se traduce en una de las obras de concreto más importantes y majestuosas de México, fuente de trabajo de casi cuatro mil personas entre albañiles, carpinteros, arquitectos, ingenieros y todo tipo de personas, ocupadas en empleos tanto directos como temporales e informales, generados estos últimos por la necesidad de sostener a los trabajadores de la obra durante casi diez años.
El puente Tampico fue diseñado para soportar vientos de hasta 200 kilómetros por hora, lo que lo hace uno de los más resistentes e importantes del país.
En 1988 —año de su inauguración— ganó el premio internacional Puente de Alcántara, compitiendo con treinta y seis obras similares de España y Portugal.
El Puente Tampico es una de las obras más imponentes de la ingeniería mexicana ya que, además de su gran utilidad como unión entre Tamaulipas y Veracruz al agilizar el transporte vehicular, desde tierra y sobre sus pasos peatonales es un deleite observar su impresionante estructura, que desafía el agua, el viento y el paso de los años.