La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, aseguró este miércoles que el hallazgo de 19 cuerpos calcinados en el estado de Tamaulipas no es igual a las masacres ocurridas contra migrantes en San Fernando, en 2010 y Cadereyta, Nuevo León, en 2012, como expresó el martes la Organización de las Naciones Unidas.
“Por ningún motivo es igual que lo que sucedió en San Fernando. Todos los días, a partir de que sucedió este evento, hemos estado en el Gabinete de Seguridad viendo los avances que se tienen sobre esta situación y te puedo decir con mucha seguridad que se ha avanzado y que se ha avanzado muchísimo”, aseguró la funcionaria en conferencia de prensa.
Sánchez Cordero dijo que tienen “mucha información” relacionada con el hallazgo de los cuerpos, pero se reservó el revelarla porque “estas investigaciones tienen que llevarse a cabo en la mayor de las secrecías”.
El representante de Derechos Humanos de la ONU en México, Guillermo Fernández-Maldonado, expresó este martes su preocupación por el hallazgo de las 19 personas calcinadas en Tamaulipas y señaló que los hechos recuerdan a las masacres contra migrantes.
Fernández-Maldonado externó que varias de las víctimas son de Guatemala según los reportes de los medios locales y añadió que la falta de alternativas para una migración “segura, ordenada y regular”, los orilló a recurrir a traficantes de personas o rutas peligrosas, “lo cual aumenta su riesgo de ser víctimas de graves violaciones a sus derechos humanos”.
“Aunque desconocemos sus motivos para migrar, la mayoría de las personas sale de sus países empujados por circunstancias económicas adversas, por reunificación familiar y/o por situaciones de violencia y persecución. A esto se suma que sus condiciones de vida se han visto profundamente afectadas a raíz de la pandemia por la Covid-19 y por el devastador paso de los huracanes ‘Eta’ y ‘Iota’”, dijo.
Autoridades de Tamaulipas informaron el sábado del hallazgo de 19 cuerpos calcinados en los asientos de una camioneta de carga y en la caja trasera de la unidad, que también estaba totalmente quemada. Se presume que eran guatemaltecos.
El lunes, autoridades de Guatemala tomaron muestras para exámenes de ADN a presuntos familiares de las 19 personas calcinadas, a fin de corroborar el parentesco con las víctimas.
Según vecinos de la zona donde fueron encontrados los cuerpos, las 19 personas eran originarias de Comitancillo, Guatemala y habrían pagado a traficantes para llegar a la frontera con Estados Unidos, versión que hasta el momento no ha sido confirmada por las autoridades.
Testimonios recabados por EFE indican que las personas estaban recluidas en una casa del Cártel del Golfo a la que llegaron sicarios de su grupo rival, el Cártel del Noroeste, una escisión de los antiguos Zetas, que los asesinaron y luego los abandonaron en la frontera entre Tamaulipas y Nuevo León.