Por: Diana Del Angel
ALTAMIRA, TAM.- Un ciudadano con discapacidad física, residente del municipio de Altamira, señala que a lo largo de su vida ha sufrido de negación del servicio, al no ser recogido por el transporte público debido a sus condiciones, por lo que los conductores no quieren batallar.
Martin Ochoa Zúñiga, fue diagnosticado con poliomielitis a temprana edad, desde los 9 meses y a los 6 años usaba muletas para poder caminar, sin embargo cuando se dirigía a la escuela se encontró con una banqueta mojada con jabón, cayendo estrepitosamente perdiendo movilidad en la pierna que si tenía fuerza, teniendo que pasar mas de 30 años en silla de ruedas.
“No quieren pararse, no quieren batallar, el asiento de adelante dicen que ya esta ocupado, tengo que sentarme y luego guardar la silla, si me puedo subir solo al transporte, solo pido que me ayuden a subirla pero no quieren, falta cultura y respeto”, señalo.
Dijo que por cuenta propia puede recorrer toda la zona centro, donde tiene su domicilio se dedica a la venta de dulces y golosinas en la escuela Vicente Guerrero, también lo conocen como el muchacho alegre, sin embargo cuando tiene que hacer diligencias a lugares alejados batalla para tomar el transporte.
Refiere que va a diferentes lugares y hace una vida normal, incluso practica el deporte, tiene esposa, dos hijos y nietos, pero batalla con la cultura de la gente, pues hacen falta rampas y otras que existen pero hay carros estacionados y personas paradas en las rampas platicando, se molestan y le dicen que espere tantito, además que solo de cinco trasportistas, tres o cuatro se niegan a darle el servicio.