Antes de comenzar lo que denominó como una operación de “alcance limitado”, el gobierno israelí emitió el lunes una orden de evacuación a 100.000 palestinos en la zona oriental de Rafah.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, mantiene que Rafah es refugio de cuatro batallones de Hamás, a los que quiere eliminar como parte de su objetivo de borrar del mapa a la organización islamista responsable de los ataques que dejaron 1.200 israelíes fallecidos y más de 240 secuestrados.
Naciones Unidas y la Unión Europea, además de gobiernos tradicionalmente aliados de Israel, como Estados Unidos y Reino Unido, han expresado su oposición a una ofensiva a gran escala sobre Rafah al considerar que su costo humanitario sería muy alto.