El presidente recientemente ordenó a su equipo que garantice que Ucrania pueda utilizar armas estadounidenses con fines de contraataque en Járkiv, de modo que Ucrania pueda responder a las fuerzas rusas que los atacan o se preparan para atacarlos”, dijo un funcionario estadounidense a BBC News.
Esta decisión implica un giro de la política que ha seguido la Casa Blanca desde el inicio de la guerra lanzada por Vladimir Putin contra Ucrania y responde a la intensificación de una ofensiva rusa contra la segunda ciudad más grande de Ucrania.
Esta decisión no cambia, sin embargo, la política de Washington de no permitir ataques de largo alcance dentro de Rusia.