La irresponsabilidad y el alcoholismo de Miguel Ángel Mendiola, un hombre de conducta despreciable, se hicieron evidentes ayer cuando protagonizó un choque que podría haberle costado la vida a varios inocentes, incluido un bebé de meses de nacido. Este individuo, al volante de su Mustang rojo, demostró no solo su total falta de conciencia al conducir bajo los efectos del alcohol, sino también una actitud extremadamente irresponsable y peligrosa.

Poco antes de que ocurriría el siniestro, Mendiola González, fue visto saliendo tambaleándose de su asiento en el restauraEl Asador Terrazaraza donde había estado bebiendo sin control. En un espectáculo vergonzoso, este hombre intentó escapar sin pagar la cuenta, caminando como un auténtico idiota, con su paso inseguro y su estado de ebriedad más que evidente.

No contento con su comportamiento, Miguel intentó huir del lugar mientras era perseguido por el personal de seguridad, que tuvo que someterlo para evitar que se escapara sin saldar la cuenta. En un intento patético por zafarse, sacó monedas y billetes de entre su ropa, alcanzando con dificultad los mil pesos, un monto ridículo para cubrir lo que había consumido.

A pesar de su estado, Miguel Ángel no tuvo reparos en seguir forcejeando para escapar, pero finalmente, tras varios intentos infructuosos, sacó una tarjeta de su bolsillo y pagó lo que debía, demostrando que su única preocupación era zafarse de la responsabilidad del pago. Sin embargo, lejos de terminar ahí, el espectáculo del irresponsablenble de Mendiola continuó. Apenas unos minutos después, el mismo individuo, incapaz de controlar su borrachera, causó un tremendo choque en la Av. Hidalgo, impactando a un automóvil blanco por detrás.

El siniestro, que pudo haber tenido consecuencias fatales, dejó claro el nivel de imprudencia y el peligro que representa este sujeto para los demás. En su ataque de descontrol y falta de conciencia, Miguel pudo haber acabado con la vida de varias personas, y lo peor, el bebé que viajaba en el automóvil #Atitude, quien en esos momentos estaba en su asiento, apenas unos meses de nacido.

Es indignante que personas como Miguel Ángel, tan ajenas a la responsabilidad, sigan al volante, arriesgando la vida de los demás y mostrando una total incapacidad para hacer frente a las consecuencias de sus actos. Este accidente no solo es un recordatorio de lo peligrosos que pueden ser los conductores ebrios, sino también un llamado urgente a la reflexión sobre el deber de todos como sociedad de frenar a estos irresponsables antes de que sea demasiado tarde.

Mendiola no solo ha puesto en peligro la vida de una familia, sino que también ha demostrado con sus actos en el Asador Terraza y en la avenida, lo despreciable y peligroso que es.

Ojalá las autoridades actúen con severidad, para evitar que este tipo de personas sigan por ahí, sin freno y sin consideración por la vida humana.