En el módulo 5 de Playa Miramar, este Sábado Santo, ella casi se desvanece al exclamar: “¡¿Y qué tal si se ahogó…?!”, pero su niña aparece…
Una mujer rompe en llanto a los pocos segundos de llegar al módulo 5 de atención al turista en Playa Miramar, este Sábado Santo, y ella casi se desvanece al exclamar: “¡¿Y qué tal si se ahogó…?!”.
Pero en unos 5 minutos, si no es que menos, se presenta en la carpa una de las empleadas del municipio asignada al módulo, que opera la Dirección General de Bienestar Social junto con el DIF Madero, y le informa: “La niña está ahí con su abuelita”.
A la materfamilia le cambia el semblante, aún en llanto, por una sonrisa de alivio, y una familiar suya que la acompañó hasta ahí se la lleva de regreso tratando de tranquilizarla: es uno de varios casos que les ha tocado atender en el módulo este sábado.
A otras dos pequeñitas como de entre 5 y 6 años, como aquella a quien buscaba angustiada su mamá, las llevan al módulo con pulseras distintas a la que ahí colocan, y a los pocos minutos localizan a sus padres, que de inmediato van por ellas.
El sistema de ubicación funciona y muy bien: la comunicación por radio y celular con los demás módulos, que se hace aprisa, se conjuga para que el final sea feliz en esos casos de extravío de menores momentáneo, aunque a veces la entrega se complica por un protocolo que cuida, ante todo, la seguridad de los niños.
Les pasó a una chiquilla como de once años y a su papá: luego de varios minutos de que la niña estuvo llorando angustiada bajo el toldo, llegó el padre con otro pariente y, con una sonrisa como campechana, le hace hasta una señal de reclamo a su hija, a la que tardan en entregarle porque el hombre no trae a la mano ni en sus pertenecias algo que haga constar el parentesco.
Luego llega la mamá, pero ni en el celular logran bajar documento alguno que indique su relación familiar con la niña, pese a lo cual y, mediante cuestionario de rigor con la procuradora del DIF, el personal entrega a la menor.
El reportero ha captado, para su galería, a una joven materfamilia que está en Miramar este fin de semana con sus dos hijas: una ya señorita y la otra una pequeña, pero a ninguna la pierde de vista ni la deja alejarse de ella: desde San Luis Potosí han llegado a vacacionar y no quiere que ese paseo se arruine.
Cuide usted a sus hijos estas vacaciones: siga hasta el más engorroso de los procedimientos, como cargar una credencial de derechohabiencia del menor, o de la escuela, por si se llega a ofrecer, y atienda los consejos de las autoridades.