Altama, el asalto del año.

 

Una burla, un teatro o algo real, visto de todos los ángulos el asalto al centro comercial Altama la semana pasada pega y muy fuerte al Gobierno de Tamaulipas y a los locales.

A todos nos tomó por sorpresa el hecho, se creía como una de esas mensadas difundidas en redes sociales de un buen sociopata que solo busca atención desde un móvil.

Pero resultó que fue cierto, que había gente saliendo a corriendo histérica, una mujer que aseguraba habían tomado como rehén a su hijo y policías estatales que no sabían qué hacer dejando ver su mala preparación.

Nadie nos podemos explicar aún como es que un centro comercial, el más importante de Tamaulipas tenga tan mal sistema de seguridad, más aún cuando hay tiendas y firmas tan caras. 

Que acaso a los señor del Grupo Tampico no les alcanza para poner sistemas de salida por medio de tecnología que eviten estos hechos, que acaso los millones que se pagan en rentas de locales no son suficientes.

Las versiones que han surgido son muchas, desde la complicidad de los encargados de la vigilancia hasta que la propia joyería Midas pudo haber desarrollado un auto robo, lo que se fortalece con la falta de detenciones.

Al gobierno estatal le urge dar resultados, que sus policías confiables y Superdotados presenten a algún detenido y con ello se de con los 16 hampones que cómodamente salieron del local.

Se habla de avances en las investigaciones, qué hay indicios que siguen, pero hasta que no se tenga a alguien tras las rejas y respondiendo con pruebas suficientes por estos hechos nadie se los cree.

Ahora, hablan también que se trata de ladrones foráneos, pero sin duda se requiere de conocimiento de la zona para poder avanzar por las calles angostas y raras de ese sector, conocer los sitios que no hay cámaras y dónde esconderse.

Magda Peraza, alcaldesa de Tampico, dijo que hacen falta policías y eso es verdad, pero se le pasó decir que eso se debe a que durarte todo el anterior sexenio no se logró conformar una corporación digna de los tamaulipecos pese al gasto oneroso y millonario de Egidio Torre Cantú en su administración. 

Lo más vergonzoso de este hecho es además que la policia de Tampico expuso la identidad de un niño que decían era rehén, prácticamente lo presentó a los medios de comunicación, violando todos sus derechos humanos más básicos.

El asalto en Altama dejó ver que la policia estatal, la nueva, la capacitada y con procesos de selección no sirve de nada; que el mall no aplica dinero en seguridad; contubernios con delincuentes; y que nuestra estabilidad social pende de un hilo. 

Este es sin duda el atraco del año, peliculesco y hasta increíble, que hace cuestionar todo el sistema de seguridad y justicia que simplemente no ha dado resultados. 

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