Por más que quiera parecer un político honesto, alejado de la mentira y el abuso a Erasmo González Robledo le pesa la historia del priismo que lo llevo a ocupar puestos de los que se enriqueció o por lo menos vivió con gran holgura.
El quisiera que olvidáramos que fue apadrinado en política por Guadalupe González Galván de quien ahora incluso evita coincidir para no tener que saludarlo porque le resultaría complicado no tener que agachar la mirada.
Justo en el trienio de Lupe le nació a Erasmito las ganas de ser alcalde ya que al desempeñarse como tesorero municipal lo dejó de encargado del changarro cuando el entonces presidente municipal, como buen chapulín priísta se iba en busca de otro puesto.
Después anduvo de empleado estatal ocupando puestos como delegado del Instituto Tamaulipeco para la Vivienda y el Urbanismo (ITAVU) apadrinado por el mismo Eugenio Hernández Flores hoy detenido en el penal de Ciudad Victoria.
Después fue diputado federal, mostrándose servil e incondicional al traicionero de Egidio Torre Cantú así como al hoy diputado federal Esdras Romero Vega con quien fue en fórmula en las elecciones del 2013.
Los abrazos y elogios al dirigente de los petroleros no se hacían esperar y ahora resulta que Erasmo es el más grande crítico de los funcionarías federales que olvidan sus distritos durante todo el periodo legislativo que les toca dirigir o encabezar.
Lo bueno que existen fotografía en gran cantidad donde el buen y servil de Erasmo aparece a lado de los que hoy critica, de lo que asegura han hecho un mal trabajo y a quienes al igual que el partido que lo llevo a varios puesto traicionó.
González Robledo fue el primero que se lanzó del barco del priismo tamaulipeco en el momento que se hundía, colocándose el flotador de Morena qué hora utiliza para cumplir con su eterno sueño de llegar a la alcaldía, cueste lo que cueste o traicione a quien traicione.