A diez días que concluya la administración municipal de Ciudad Madero una de las más deprimidas es Patricia Guzmán, flamante Secretaria Particular de Andrés Zorrilla Moreno.
De octubre del 2016 a la fecha se especializó en generar enemistades y animadversiones por su forma déspota de conducirse hacia el resto de funcionarios y empleados municipales.
Sin duda le aprendió muy bien a su jefe, ya que no había un solo secretario director de área o director general que hablara bien de la funcionaria municipal a quien ya se le está acabando el veinte de poder.
Ahora regresará a su micro oficina en la escuela “Colores”?, o se retirará completamente de la labor de aguantar o asistir a un altanero y sobrado jefe quien en todo momento trata a sus empleados con la punta del pie.
Pero dejar de lado la dignidad sin duda le resultó ya que en los dos años de administración Guzmán se hizo de una camioneta nueva y efectuó reparaciones a su casa en la colonia Petrolera de Tampico.
Incluso fue una de las funcionarias que tomó el erario como banco al verse beneficiada con préstamos sin intereses, que si bien es cierto pagó de inicio se hizo uso inadecuado del dinero público.
Ahora se entiende porque la depresión de Patricia Guzmán, quien ya ha comenzado a sacar sus cositas de la oficina frontal a la del alcalde, para regresar a un olvidado despacho en “Colores”, allá por la avenida Jalisco.