La recuperación de la plaza “Isauro Alfaro Otero” fue la más recurrente promesa de Andrés Zorrilla Moreno como candidato y ya al ser alcalde, pero como muchas otras cosas no lo cumplió.
Aseguró que él devolvería este espacio a los maderenses pero a lo mucho lo que pudo hacer fue cambiarle el nombre a “Plaza Madero” en un capricho absurdo y construirle unas escaleras hacia la avenida Francisco I. Madero.
Incluso con bombo y platillo anunció a los empresarios maderenses la reconfiguración de este espacio mediante una millonaria inversión donde dijo que hasta los trolelotes regresaría a ese lugar, pero como bien dicen “prometer no empobrece”.
La plaza fue dada en concesión por el exalcade José Guadalupe González Galván en el año 2007, hace ya más de una década, pero a la fecha es momento que el proyecto no se termina.
Con contratos mañosos y favoreciendo al particular se entregó a la empresa Villa de Aguayo -propiedad de Fernando Cano, prestanombres de Tomás Yarrigton Ruvalcaba- donde todo lo favorecía.
Se estipuló incluso una multa de diez mil pesos diarios por incumplimiento la cual a la fecha no ha sido aplicada y el actual gobierno de Adrian Oseguera Kernion reveló que la deuda con el Banco Interacciones supera los 176 millones de pesos.
Resulta que el concesionario cedió los derechos a la institución crediticia ya que no pagó el préstamo solicitado para realizar la obra subterránea y ahora persiste el riesgo que se pierda.
Han pasado alcaldes como Sergio Posadas Lara que modificó el proyecto y agregó otro nivel bajo tierra como área comercial; Jaime Turrubiates, Esdras Romero Vega y Mario Neri Castilla, quienes nada han podido hacer para solucionar este problema.
Ahora se analiza la forma legal para que por medio de alguna laguna jurídica poder regresar este espacio casi perdido a los maderenses.
