Desde su inicio en la vida política Azael Portillo Alejo ha sido beneficiado por la cultura de la imposición gracias a ser hijo del eterno líder del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Honorable Ayuntamiento (SUTSHA), Andrés Portillo Villegas.
Desde esa agrupación sindical, dirigida en las tres ultimas décadas por su padre, ha recibido beneficios de los alcaldes en turno, siendo regidor en los trienios 2008 – 2010 con Sergio Arturo Posadas Lara y con 2013 – 2016 con Esdras Romero Vega.
Ahí tuvo sus jugosas regalías por el PRI, además de ser en ese periodo presidente del Partido Verde Ecologista de Mexico (PVEM) y candidato en el 2012 a Diputado Federal por el Distrito VII por ese mismo partido, en la que pasó sin pena ni gloria ya que solo votaron por él sus parientes.
Su especialidad en la última década ha sido venderse al mejor postor ya que además en el gobierno de Andrés Zorrilla Moreno coqueteó con el Partido Acción Nacional (PAN) producto de una rabieta al no serle otorgada la presidencia estatal del Verde.
Quizo ser candidato por Morena pero no pudo, después por el Movimiento Ciudadano y se le negó la candidatura, para terminar ahora como suspirante de Partido del Trabajo, respaldado e impuesto por el alcalde Adrian Oseguera Kernion.
Habla de libertades y todos los días de campaña ha obligado a sus agremiados a participar en recorridos proselitistas, moviendo botargas, agitando banderas y tocando en la batucada, de lo contrario no se les da nuevos contratos.
El aprendiz de cacique sindical fue impuesto como secretario general adjunto del SUTSHA, por mera decisión de “papi” desde donde obtiene jugosos salarios al estar en la categoría más alta de trabajadores municipales y sin trabajar.
Como es posible que ahora venga a hablar de compromiso con Madero o el Distrito que pretende representar en el Congreso de Tamaulipas, con que cara va, saluda y pide el voto, cuando jamás en su vida se ha ganado algo por la vía del esfuerzo.
